Pensamientos de un aficionado, ciertamente en sintonía con los tiempos
¿Es el otoño lo que se acerca, como la apertura de la caza y la llamada «carrera de jaurías”? ¿Será la penumbra la que nos está ganando muy a pesar nuestro, en estos tiempos de sub-confinamiento? En todo caso, escarbar en los recovecos de La Biblioteca Mundial del Caballo y dar con el título Pensamientos de un aficionado no puede estar más acorde con nuestra necesidad de optimismo, gravemente afectado!
Se trata sólo de un pequeño libro de dibujos del vizconde Henri Fortuné Piscatory de Vaufreland, quien publicó otros dos, uno de los cuales figura también en la lista de Mennessier de La Lance (Un Cross country) y el otro (Croquis de Saint-Cyr) que no lo está.
La obra, de la que sólo se imprimió un centenar de ejemplares, lo que la convierte en rara, es del tipo de esos «libros de bocetos» ingleses firmados por Snaffles, Lionnel Edwards, G. J. Whyte Melville o, mejor aún, R. Cadelcott, cuya serie de escenas humorísticas fue incluso traducida al francés.
Es seguro que H.V., como firma Vaufreland sus obras que se dice que fueron publicadas a costa del autor, se inspiró en ellas. La caza con jauría, especialmente la del zorro, sus fundamentos, sus placeres y sus aventuras son, pues, el pretexto para un alegre despliegue de doce láminas y bocetos subtitulados en color en «Pensamientos de un aficionado».
Al ritmo de la corriente, nos conquista la sencillez y la alegría del tema y del dibujo que lo apoya. Está fresco. Es real. Se vive.
El vizconde Henri Fortuné de Vaufreland, oriundo de Béarn, al igual que muchos de sus coetáneos, no oculta el origen de su pasión. A él también lo seduce esta «anglomanía»; este modo de vida de los ingleses que han «colonizado» la región desde que un tal Wellington se instaló allí hacia 1840, atraído por la suavidad de vida en las estribaciones de los Pirineos. Se lo pasó en grande en el Hunt Drag de Pau, que frecuentaba con asiduidad, como cuenta Xavier Bougon en un excelente artículo publicado en Jour de Galop .
Porque además de las carreras: “Los ingleses trajeron su estilo de vida, sus deportes (rugby, tenis, tiro al pichón, cricket, polo) y sus actividades de ocio. En 1824, un puñado de caballeros escoceses fundó el Círculo Inglés de Pau, una asociación de notables ingleses que, en un principio, era un lugar de encuentro y sala de lectura para los veraneantes británicos, donde intercambiaban los últimos chismes mientras tomaban té o whisky. Los jueves por la noche, jugamos al bridge mientras nos tomamos un Armagnac […]».
Así, los pensamientos expresados por Henri Fortuné de Vaufreland, a lo largo de lo que también se asemeja a un cómic, están llenos de citas inglesas en el texto. Uno habrá de recordar el «Hack or Nothing» de Melton hacia 1840 o, como frase de buen augurio, «May you hunt for ever and ride for many a year!» de Melville, que sin duda eran también grandes entusiastas.
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