Los caballos de Alken
Mennessier de La Lance apreciaba mucho los trazos a lápiz de Henry Alken (1784-1851), cuyos caballos juzgaba de la siguiente manera: «Su anatomía es irreprochable, sus movimientos bien captados, su aspecto elegante. En cuanto a sus jinetes, están tomados tan al natural que ciertas escenas de accidentes parecen fotografías instantáneas. Los cómicos cambios de postura de sus personajes, cuando son sorprendidos por un brusco volantazo o un frenazo de sus monturas, no podrían estar plasmados con mayor fidelidad y humor».
Sin embargo, en su primer álbum titulado The Beauties & Defects in the Figure of the Horse […], el inglés repasa no sólo las partes del cuerpo del caballo, sino también sus diversos aires, incluida la famosa postura que muestra un galope irreal, inmortalizada por Géricault en su Derby D’Epsom. Mennessier conocía muy bien los avances realizados en el conocimiento de la locomoción gracias a la cronofotografía. ¿Quizás este galope volador seguía siendo una bella visión poética de la velocidad del animal?
Henry Alken es uno de los representantes más célebres de una familia de artistas (su padre y su hijo también eran ilustradores) gracias a sus pinturas y al gran número de láminas grabadas que se publicaron a partir de sus obras. Mennessier nos dice que «ilustró casi todos los libros de deportes publicados en Inglaterra entre 1816 y 1830, así como una edición del Quijote. Pero se dedicó sobre todo a la caricatura y a la representación humorística de escenas ecuestres; entre 1821 y 1830, publicó numerosas colecciones, álbumes, series de piezas que representaban, en su mayoría, accidentes de equitación, de carruaje y de caza con perros: Spécimens humoristiques d’Équitation (Especímenes humorísticos de equitación) /¡( – Accidents d’Équitation – Albums de Croquis (2 ou 3 ) – Les sept âges du Cheval – etc., etc. (Accidentes de equitación – álbumes de croquis (2 o 3) – Los siete años del caballo) «.
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