Embotellamientos, una vergüenza muy antigua
Se podría pensar que el código de tránsito apareció con la llegada del automóvil, así como el malestar por tener que compartir la calzada. Los jinetes, carruajes de cuatro caballos, bicicletas y vehículos a motor transitaban juntos por las calles, a costa de muchos accidentes, como el que le costó la vida al físico Pierre Curie, que fue atropellado por un coche de caballos en 1906.
La preocupación por garantizar la fluidez del tráfico ante la invasión de caballos y automóviles en la ciudad se remonta a mucho antes. La Pétition d’un Citoyen (Anónimo, 1790), citada por Mennessier, “propone la solución radical de suprimir en París todos los vehículos de lujo y reemplazarlos por sillas de manos”.
Daniel Roche, ( Cheval moteur , Fayard, 2008), señala que las premisas de una regulación se remontan al Renacimiento: Francisco I promulgó en 1539 una ordenanza para regular la velocidad y los «enfrentamientos y rivalidades» que derivaron de ésta.
Gracias a los tratados y ordenanzas de policía, la política de carreteras se estableció gradualmente. Por ejemplo la matrícula de los vehículos se volvió obligatoria en 1734. También regularon el tamaño de las llantas, las velocidades autorizadas, el aparcamiento y la conducción nocturna en determinadas condiciones de iluminación.
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