El museo Joly del caballo del Castillo de Saumur

Un maestro de la prehistoria decía en 1911: «Dense prisa en construir un museo, el caballo va a desaparecer».

Profético o no, ese museo se inauguró en el castillo de Saumur en 1912. La idea, que se venía fraguando desde principios de siglo, salió del veterinario-mayor Georges Joly (1860-1920) , quien consideraba que «no puede haber academia de equitación sin conservatorio» , y contó con el ardiente apoyo del alcalde de la ciudad, el doctor Joseph-Henri Peton.

Georges Joly, entonces director de la enseñanza veterinaria de Saumur, historiador apasionado y autor de artículos sobre los herrajes de clavos, insistió en las ambiciones del museo en las páginas de la Revue de Cavalerie de junio de 1913. Citando a Alphonse Toussenel , célebre publicista de la época, si la historia del caballo se conjuga con la evolución del hombre, para Joly el mensaje estaba claro: «La historia del caballo es la historia de la humanidad».

Desde el principio, ricamente dotadas de interesantes colecciones gracias a generosos mecenas, las cinco salas del museo conocieron un gran éxito. Léon Caritte (1874-1956) , su sucesor en la escuela a partir de 1920, escribe «Desde el principio, la Escuela de Caballería presta su apoyo incondicional; la Sociedad de Apoyo a la Crianza del Caballo de Guerra adopta al recién nacido; las damas de la ciudad bordan los cojines que adornan sus salas” . La guerra de 1914-1918 tuvo poco impacto, resume: «La guerra llegó, y gracias al municipio, gracias a la ayuda de todos, jóvenes y mayores, nuestro museo se conservó más o menos intacto. El impulso que se había dado no se detuvo, los envíos continuaron; en medio de las preocupaciones de la gran época, nuestra casa no fue olvidada».

Su descripción del museo recuerda una museografía que ha evolucionado considerablemente: «SALA No. 1. El caballo a través de los tiempos no podría estar mejor presentado como en esta sala, que sugiero llamar «Sala Joly» en honor a su fundador. La prehistoria es un campo científico; los fósiles auténticos o reproducidos mediante grabados o moldes son documentos preciosos y necesarios. Tenemos muy poco de ello[…] SALA 2. – El arte ecuestre. El arte ecuestre también es historia, por eso la sala de Bellas Artes continúa siendo la primera[…] SALA 3. – Los jinetes. El uso del caballo ha transformado la vida del mundo; es natural que los primeros hombres diestros en su manejo hayan sido admirados por sus contemporáneos. El adiestramiento de caballos se ha considerado durante mucho tiempo un arte divino. […] SALA 4. – La sala Lamaugarny. La joya del museo, esta sala contiene la colección completa de espuelas, estribos y frenos de todas las épocas y de todos los países. […] SALA 5. – Razas puras – Sala Peton. La sala de las razas puras es una visita obligada. El purasangre inglés ocupa un lugar demasiado grande en el mundo como para no dedicarle una sala especial, que, de hecho, será una de las más artísticas del Castillo. […] SALA 6. – Sala Maurice Bixio. La colección Maurice Bixio, recientemente entregada por los hijos del donante, es sumamente interesante. Intenta reconstruir los medios de locomoción desde los tiempos más remotos. […] SALA 7. – Herrería. Michelet afirma que la invención de los herrajes de clavos fue tan importante para la economía mundial como los ferrocarriles. La sala de herraje tiene, pues, su razón de ser […]».

El veterinario Joly menciona la creación de una biblioteca específica desde el inicio. Caritte la describe así: «SALA Nº 8. Biblioteca, sala Jean Stern. Aunque a menudo se ha dicho que no existía un museo del caballo anterior a este, se puede hacer una observación justa sobre las bibliotecas ecuestres. ¿Qué rico recurso y fuente de estudio sería una biblioteca que contuviera todo lo interesante que se ha publicado sobre el caballo? y ¿qué enseñanza, además? […] La biblioteca del museo debe ser un centro de estudio, y también una atracción».