Del uso de seudónimos
La utilización de un seudónimo responde a muchas más razones de lo que pensamos. Por ejemplo, un artista busca con su nombre prestado darle la poesía que no tiene su propio nombre de origen. Las caricaturas Caran d’Ache, que significa lápiz en ruso, posiblemente hubieran tenido menos éxito si su creador hubiera firmado Emmanuel Poiré. Igualmente, es posible que los coleccionistas hubieran tenido un fervor diferente por los dibujos de Victor Gérusez, más conocido bajo el nombre de Crafty.
Otros prefirieron la opción de ponerle una máscara a su identidad para tener más libertad de escribir sin temor. Así, los militares han podido darle la vuelta a su deber de reserva y dar su opinión, a veces contundente, sobre las estrategias de caballería y las remontas. Aunque muchos escritos son anónimos, o simplemente llevan las iniciales de sus autores, otros mostraron un ímpetu claramente intencionado. Es el caso para los de J. Héthay o de Folarcon….
Menos común es el caso que menciona Mennessier menciona de un autor que utilizó un nombre prestado para promocionar su propio trabajo. En esta forma, Jacques de Solleysel, el célebre amante de la hípica del Siglo XVII creó un doble al que llamó el Sieur de la Bessée, al que puso a hacer alardes de su propio libro en términos que Mennessier calificó de “hiperbólicos”… Nadie se atiende mejor que uno mismo!
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