Locomoción y cronofotografía
Desde principios de los tiempos el hombre ha sentido fascinación por la velocidad del caballo. Las pinturas rupestres son el primer testimonio de ello. Los dibujos de caballos con varias patas sobre las paredes rocosas de las grutas debían animarse con el reflejo de las vacilantes llamas de una lámpara de aceite. El paroxismo de la representación de la velocidad fue plasmado por Géricault en 1821 en la famosa obra Derby en Epson , en el que en un momento de suspensión los caballos parecieran flotar en el aire, con las cuatro extremidades extendidas al mismo tiempo.
Habría que esperar cerca de cincuenta años, con las investigaciones de Marey y Muybridge para entender que ese galope volador era totalmente irreal. El primero comprendió rápidamente que el caballo tiene siempre una pata en el suelo. Sus polémicas publicaciones despiertan curiosidad al otro lado del Atlántico y el multimillonario norte-americano Leland Standford, gran amante de los caballos, contrata a Maybridge en 1878 para demostrar a través de la fotografía las afirmaciones de Marey. Más tarde, estos dos hombres trabajan en el desarrollo de un sistema que permite hacer tomas sucesivas, lo que recibió el nombre de cronofotografía. Sus fantásticas tomas ponen fin al mito del galope volador.
Ver más :
- La Cronofotografía
- Etienne-Jules Marey
- Eadweard Muybridge