Guillaume Henry: "No me faltan proyectos en materia de cultura ecuestre"
Guillaume Henry es Caballero de la Orden del Mérito Agrícola desde hace ya varios años, y el 5 de diciembre se convirtió en Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, durante el interesante coloquio sobre El Caballo en París a Través de los Años, organizado en La Maison de la Chasse, por la Misión Francesa para la Cultura Ecuestre, presidida por Alain Francqueville.
Un reconocimiento, un mérito y una entrega de esta distinción al final de un elogioso discurso de Pascal Liévaux, Conservador general del patrimonio adquirido para la causa del caballo, el cual representaba a Rima Abdul Malak, entonces Ministra de Cultura.
En respuesta a este elocuente discurso, el interesado obviamente evocó esta pasión inagotable, la cual lo ha impulsado desde la infancia, un ambiente familiar más que favorable ayer y hoy, y, el "tonto" que hubiera podido ser. ¿Falso o Verdadero? Recuerdos, emociones, ambiente, enseñanzas de la infancia, que esperamos logren explicar la continuidad de un recorrido completo para este cincuentón, el cual no ha dicho su última palabra.
X.L. – Háblanos de esos primeros galopes?
G.H. - En Dordoña, en un club de ponis, donde crecí con mi hermano. Me subieron a un pony muy pronto. A veces me gusta contar, a modo de broma, que tuve un par de riendas en lugar de un sonajero. Yo montaba casi todos los miércoles por la tarde, los fines de semana, durante las vacaciones escolares. Incluso recuerdo haber descubierto, como a los 8 o 9 años, que mis compañeros de clase no tenían ponis en sus casas (!), y de golpe haberme preguntado ¡ y entonces qué hacen durante las vacaciones! El club de ponis era una especie de segundo hogar.
X.L. - ¿Las lecturas decisivas?
G.H. - Mis padres eran editores. Publicaron las obras de Nuno Oliveira, Michel Henriquet y muchos otros. Teníamos miles de libros en casa, muchos sobre naturaleza, caballos y equitación. Así que crecí arrullado por la equitación y los libros. Mis primeras lecturas ecuestres fueron los manuales de Estribos y Espuelas de bronce y plata (los exámenes federales de la época, que se convirtieron en Galopes), los manuales de equitación e hipología de la FFSE (Federación Francesa de Deportes Ecuestres) publicados por Lavauzelle, y los libros de Crépin Leblond.
X.L. - A los 20 años, es la creación de la Academia Pegasus. ¿Porqué? ¿Cómo? Con quien hizo este proyecto de Academia, ... algunas anécdotas…..
G.H. - Siempre fui malo en la escuela. Me encantaba aprender, y aún me encanta, pero me aburría, no lograba recordar lo que me enseñaban, tenía malas calificaciones. Prefería estar en el club de ponis o pasar horas en la biblioteca hojeando libros, dibujando, creando disfraces, inventando historias, etc. Las imágenes y los dibujos me marcaban mucho, me inspiraban, y encontré varios libros en esa época, los cuales todavía miro con asombro.
Me gustaba mucho la historia. Sobre todo, sin saber por qué, la historia del caballo y de la equitación. Aprobé la tutoría en Conches, en el establecimiento creado por Jean-Pierre Buray. Un tremendo fenómeno, Jean Pierre; encantador, pero no teníamos mucho contacto con él. Él era el gran jefe y en esa época estaba construyendo Poney-Village. Fue la instructora, Sylvie Mouilleseau, quien se ocupó de nosotros. En la época en que leí -e incluso devoré- a los grandes maestros de la equitación, la historia de las técnicas me fascinaba. En 1989, creé la Asociación para el Descubrimiento de la Cultura Ecuestre, a la edad de 20 años, solo, con mi novia de entonces (que no montaba a caballo) como secretaria. En general mis amigos se burlaban de mí. "¿Qué sentido tiene leer un libro viejo para saltar una barra de obstáculos con éxito?" Reconozco que no sabía qué responder. En 1990, creé el premio literario Pégase y para su primera edición alquilé una sala para 200 personas, con buffet y todo lo necesario. Y fuimos ... 4. El autor (Denis Bogros), el editor (Jean-Louis Gouraud), mi madre y yo. Cruel desilusión. Comprendí que a nadie le interesaba la cultura ecuestre. Pero como me apasionaba, continué, y otorgué (¡y financié!) ese premio durante más de treinta años, con algunos (escasos) altos pero muchos bajos. Me han copiado varias veces, pero ninguno de esos intentos ha durado. Hoy, la Academia Pegase se encuentra en un punto de inflexión y tengo muchos proyectos para ella.
X.L. - Volvamos al autor que se dio a conocer desde aquellos años con una serie técnica publicada por primera vez en Crépin-Leblond: el uso de las manos, las piernas, el plato... ¿Con qué legitimidad? ¿Para qué público? ¿Con qué intención?
G.H. - Mi madre dirigía Ediciones Crépin-Leblond, la cual, como dije, publicaba libros, pero también muchas revistas como Plaisirs Équestres. Conocía bien a Frédéric y a Laurent Chéhu (hijos de Bernard Chéhu, propietario de la revista Cheval Magazine en ese momento). Después de mi formación, Frédéric, redactor en jefe de Cheval Magazine, me ofreció escribir artículos para la revista. Puso mi pie en el estribo. Cheval mag. publicó mis escritos durante casi 20 años. Vendimos la editorial Crépin Leblond y unos años más tarde, Guy Devautour, editor de Crépin Leblond, se puso en contacto conmigo para publicar libros que incluyeran algunos de los artículos. Él no sabía que yo era uno de los hijos de la antigua dueña (¡!). Así que comencé una pequeña serie de libros El uso de las manos, El uso de las piernas, El plato, etc. siguiendo el modelo de una serie americana, con la idea de hacer una especie de "memorándum de bac" que reuniera todo lo que se necesitaba saber sobre el tema. Para la ocasión volví a leer a todos los maestros... Funcionó bastante bien, pero solo me hizo ganar amistades. Cuando hice en Saumur las pruebas de ingreso para la carrera de instructor, una escudera me dijo que "los que pasan un círculo una vez, creen que ya pueden escribir un libro sobre ello...siempre tan malo como su autor". Mordaz. Los "viejos" me reprochaban ser demasiado joven para escribir, y su argumento era que era imposible hacer este tipo de ejercicios antes de la edad de jubilación. Una reflexión que, obviamente, tiene su cuota de verdad.
X.L. - Con poco más de 30 años se incorporó a Belin, una editorial líder en el sector del caballo, ¿por qué? ¿cómo?
G.H. - Hijo de editor, autor de libros (modestos), presidente de una asociación cultural y de un premio literario "caballo", instructor, todo eso sedujo a Marie-Claude Brossolet, entonces directora general de Ediciones Belin. Ella quería contratar a alguien para crear una librería de venta por correspondencia en co-creación con Ediciones Jean-Michel Place (con Jean-Michel Place y Vincent Migenez), llamada Cavalivres, lo cual hicimos con Jean-François Guillotin, Michel Périsse, Line Lebras, Anne Vignau, etc. y tantas otras personas formidables que trabajaban en Belin en ese momento. También desarrollé una línea editorial “caballo". En 17 años de carrera en Ediciones Belin, he publicado más de 250 libros de todos los géneros (técnica, práctica, libro arte, novela, juvenil, veterinaria, métodos, etc.), lo cual nos ha convertido en el primer catálogo francés y en uno de los tres más grandes a nivel internacional. 17 años durante los cuales Marie-Claude Brossolet, una gran dama de la edición, con un carácter bien templado, me enseñó todo; mi trabajo como editor.
X.L. - ¿Y qué hay de esos años aparentemente prolíficos y prósperos? Estrategias de edición, actores y competidores como Crépin-Leblond, Belin, Vigot, Place etc...? ¿De su desarrollo?
G.H. - Guardo excelentes recuerdos de aquellos años. Conocí a muchos escuderos, jinetes, apasionados, muy diferentes, con intercambios muy enriquecedores siempre. Y el trabajo de editor ciertamente requiere de mucho tiempo, pero es apasionante. Marie-Claude, siempre ávida de novedades y proyectos, me dejó el campo libre. Por ejemplo, así es como publicamos nuestro primer libro arte en 2008, con motivo de la representación de las 4 escuelas europeas de arte ecuestre (Saumur, Viena, Jerez, Lisboa), reunidas por primera vez en Bercy ese mismo año. Un libro al cual le cuesta establecerse en librería, porque los libreros no esperaban a Belin, un editor escolar, en este mercado tan particular. Pero el equipo de difusión hizo un trabajo maravilloso. Sylvie Macé, quien sustituyó a Marie-Claude cuando esta última se jubiló, siguió confiando plenamente en mí, lo cual también fue una gran suerte para mí.
Las relaciones con nuestros competidores, a los cuales nos gusta llamar colegas, siempre han sido buenas. No era raro que Jean-Louis Gouraud (director de la colección en Favre, Actes Sud y Ediciones du Rocher) y yo nos pasáramos los manuscritos que eran más responsabilidad del otro, y durante mucho tiempo, con Claude Lux, director de la colección en Vigot, el cual se ha convertido en un amigo, sabemos muy bien que el día de mañana, el competidor de un día puede ser el editor o el autor del otro.
Para darle una segunda vida, Cavalivres fue finalmente vendida al grupo de la revista l'Éperon, del cual tú eras editor y redactor en jefe. En la Rue du Sentier (París 2) usted creó una formidable librería de "caballos" con Marie-Laure Peretti, ahora a cargo de la Biblioteca Mundial del Caballo; ¡hoy en día, Marie Laure es, sin duda, la persona más conocedora de bibliografía ecuestre!
En cuanto a Amazon (que mató a las librerías especializadas y sus catálogos de venta por correspondencia, nota del editor), ahora es un vendedor de libros clave, en cualquier sector. La venta a distancia ha aumentado considerablemente, especialmente desde el Covid, tenemos que lidiar con todo mientras intentamos que los lectores vuelvan a las librerías "físicas"...
X.L. - ¿Hoy, en la era digital y de Chat GPT?
G.H. - Hoy en día, el mercado editorial ha cambiado. Menos lectores, una economía difícil (en particular por el costo del papel) pero todavía el mismo número de publicaciones (todos los campos combinados), cada vez más autónomos y tirajes más bajos. Después de pensar que la "tablet" reemplazaría la palabra escrita, nos damos cuenta de que este no es el caso. Y que incluso leer libros es bueno para la construcción del cerebro, la memoria y el pensamiento. Por lo tanto, el libro no está condenado, como podríamos haber pensado, pero su uso y economía están cambiando. Éditions France Agricole, de la que ahora estoy a cargo, tiene muchos proyectos relacionados con el mundo de los caballos, porque es un sector que funciona bien.
En cuanto a Chat GPT, o IA en general, ahora es parte de nuestro universo, es mejor aceptarlo y entender cómo puede ayudarnos.
X.L. - ¿Qué futuro tiene la edición especializada, y en particular la prensa especializada, según el hombre que trabajó durante unos años en el desarrollo del grupo Cheval Magazine (Cheval Pratique)?
G.H. - La prensa está en mal estado, en general. La única que sobrevive es la que renueva por completo su modelo económico. Pero el futuro parece complicado.
X.L. - ¿Alguna idea en el camino a seguir para salir de ella?
G.H. - Un tema vasto; ¡Demasiado complejo y demasiado largo para procesar!>
X.L. - ¿Y la de la cultura ecuestre? ¿Progresión? ¿Regresión?
G.H. - La cultura ecuestre está recuperando cierto interés entre los jinetes. La inscripción de la equitación tradicional francesa en la lista del patrimonio inmaterial de la humanidad de la UNESCO, en 2011, demostró que el caballo no es solo un deporte, sino también un patrimonio material e inmaterial que hay que (re)descubrir y, a veces, proteger. La Academia Pegasus, que vuelvo a presidir en la estela de Stéphane Béchy (el cual la dirigió magistralmente durante varios años), tiene muchos proyectos culturales. También dirijo cursos de formación sobre la historia del caballo y la equitación -con una reflexión sobre los retos actuales y los posibles futuros del sector- que cada vez tienen más éxito. El IFCE tiene una comisión de "cultura" que funciona bien, y Pascal Marry, profesor escudero y figura de nuestra comunidad, ha creado una comisión de "cultura" dentro de la FFE que está multiplicando las iniciativas. La Federación, además, organiza sus primeras Jornadas Culturales los días 11 y 12 de abril en Lamotte Beuvron, sobre el tema "Los orígenes de la equitación; El caballo, actor permanente del cambio social". Muchos académicos especializados en el tema vendrán a hablar de su trabajo durante dos días, asociados a una exposición de equipos antiguos, reproducciones de obras de arte y maquetas de carrozas antiguas, para la ocasión. La Federación está haciendo las cosas a lo grande, promete ser grande y el hecho de que esté involucrada en el tema es un marcador fuerte. También hay que mencionar el coloquio organizado por la Biblioteca Mundial del Caballo el 1 de agosto en Versalles sobre el tema "Deportes, apuestas y desafíos ecuestres" en el marco de la exposición "Caballo majestuoso en el corazón de una civilización". Las iniciativas, a nivel cultural, se multiplican, y no podemos más que alegrarnos por ellas.
X.L. - Por último, ¿cuáles son los deseos y ambiciones de este dinámico cincuentón, instructor, editor, autor, presentador?
G.H. - Parece que los cincuenta años es la edad de la madurez. De todas maneras, en cuanto a cultura ecuestre, no me faltan proyectos. Mi formación se está desarrollando, tengo muchos proyectos para escribir libros y artículos, organizo y me invitan a conferencias, estoy trabajando en la creación de una revista, la Academia Pegasus está tomando un segundo aire... No tengo tiempo de aburrirme.
Entrevista realizada por Xavier Libbrecht