En el cine, en cuanto un caballo entra en escena, su aparición suele ir acompañada de un estereotipado relincho. Sin embargo, como animal de presa, no relincha tanto como el cine quiere hacernos creer. Si nosotros los humanos, hemos desarrollado una comunicación compuesta por un 80% de elementos verbales y un 20% de gestos, con el caballo ocurre más bien lo contrario.

Los estudios actuales sobre su comportamiento revelan un importante sistema cognitivo que realza los demás sentidos, incluyendo la vista, el olfato, el tacto o la agudeza auditiva. Tienen una gama de sonidos que pueden indicar alegría, deseo o ansiedad. Buffon estableció una clasificación de los relinchos en cinco categorías, la cual se ha retomado frecuentemente en obras posteriores. Más recientemente, el neurocientífico Michel-Antoine Leblanc distinguió entre cuatro tipos de vocalizaciones emitidas a través de la laringe y tres tipos de respiraciones inspiradas o exhaladas.

Entre todos los estudios existentes, el de Louis Baillet sigue siendo el más original. En su Voix des animaux (Burdeos, 1915 ), propone una ambientación musical de los relinchos del profesor Colin d’Alfort.

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• Estudio de Louis Baillet