El caballo que habla
La serie de televisión estadounidense Mister Ed, el caballo que habla , muy popular en los años 60, contaba las desventuras de Wilbur, causadas por su caballo. El caballo tenía la capacidad de expresarse con mucho sarcasmo. Al igual que la serie, este truco narrativo no es nuevo, ya sea para un texto de humor, para jóvenes, o para una novela, permite transmitir un mensaje, como el fabulista Jean de la Fontaine. Muchos autores se han inspirado en esta posibilidad:
León Tolstoi es uno de los más conocidos. En su cuento El caballo (1885), hace que un viejo caballo picaflor narre su propia historia cruel a un grupo de jóvenes yeguas.
Más recientemente, el Diario Intimo del caballo Crack (2 volúmenes publicados por Belin en 2001-2009 ), permitió a la directora editorial de un periódico femenino, Sylvie Overnoy, ponerse en la piel de un caballo de club que descubre las preocupaciones y las pequeñas alegrías de la vida de un caballo confinado en una pesebrera.
Más sorprendente aún, el jinete François Baucher imaginó, con la ayuda de su amigo Pellier, un curioso diálogo entre un pobre jinete, un caballo y el gran Hippo-Theo, dios de los cuadrúpedos… El texto trata de los clásicos malentendidos entre un caballo y su jinete, y el dios Hippo-Theo hace las veces de árbitro. Le dio el don de la palabra a un caballo, y le permitió también a un Dios darle la razón al caballo frente a la incompetencia de su jinete… Éste último promete aprender las lecciones.
Saber más:
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Autobiografías equinas
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